Autor: Stieg Larsson
Editorial: Ediciones Destino
Año: 2011 - Páginas: 864
Traducción: Martín Lexell y Juan José Ortega Román
Y llegamos al tercer libro de la serie Millennium. Es la continuación del segundo libro, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”. Pero, como ya lo expresé en los comentarios anteriores, se puede leer sin necesidad de conocer los otros dos libros.
Lisbeth Salander y su amigo, el periodista Mikael Blomkvist se juegan para cerrar esta historia que comenzó en el segundo libro. Aquí hay que salvar a Lisbeth de las mentiras que un supersecreto organismo del estado -poder paralelo al mismo estado-, inventó sobre ella, para proteger al bestial asesino Zalachenko –padre de Lisbeth- y espía prófugo de Rusia
Pura acción tras acción, suspenso, intrigas, mentiras, investigaciones, amenazas y asesinatos inexplicables, todo configura una trama muy interesante, bien actual y super-entretenida.
El autor aprovecha para hacer una crítica, no tan velada, diría que bastante directa, a los famosos servicios de inteligencia o servicios secretos que todos los países tienen para protegerse, aunque –hoy en día-, no saben muy bien de qué.
Si bien cada uno de estos tres libros, tiene sus novedosas y sorprendentes particularidades, para mi gusto, éste es el más interesante del trío, pero, repito, todo es cuestión de preferencias personales.
Lector, ¡a terminar la trilogía, ya!, o bien, a comenzar a leerla por el último libro. Lo mismo da. El placer que disfrutarás con la experiencia no menguará ni un ápice.
Prof. Mirta M. T. Barale
E-mail: mmtba1@hotmail.com
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