Sí, así de simple, sólo se trata de leer, de disfrutar, de opinar, de no opinar, de reír o llorar, de decir “me gustó”, o, “ no me gustó”, pero de leer, sólo leer por el mero placer de hacerlo, de evadirnos entre las páginas y el mundo que nos regalan, de aprender sin proponérnoslo, de enojarnos o enamorarnos, de sentirnos reflejados o rechazados; pero leer, sólo leer, lo que significa un maravilloso y saludable ejercicio para nuestro intelecto y nuestras emociones. Sobre todo, sacude nuestras emociones, individuales y colectivas, ¡ahí está el secreto!
Para vos…
Me atrevo a sugerirte algunos libros de los miles y miles que existen. Espero que algunos te inviten a la lectura y que los leas. Aunque no lo creas, te sentirás diferente después de cada experiencia lectora.
Atrevete, gozá la lectura desde la intimidad de tu alma y la universalidad de tu humanidad, para sentirte UNO y TODOS a la vez.