Libro: Marcados
Autor: Daniel Pastore
Editorial: Ediciones del Boulevard
“La Historia del mundo es la suma de aquello que hubiera sido evitable”. Este pensamiento de Bertrand Russell sintetiza muy bien lo que narra la novela Marcados, de Daniel Pastore. La misma se ambienta en la época de la dictadura militar, precisamente en el año 1976, y narra el secuestro y desaparición de cuatro personas de la ciudad de San Francisco (Córdoba, R.A.), aunque centra su interés en lo posiblemente sucedido con la pareja de juristas. Son ellos: Gustavo Gallardo y su esposa Nora Peretti, abogados; Oscar Liwacky y Néstor Páez, gremialistas.
El marco histórico que sostiene los hechos centrales, no sólo se remite a lo nacional o provincial, sino que tiene en el "Tampierazo", hecho histórico de San Francisco, protagonizado por los obreros de la fábrica Tampieri, en 1973, su correlato regional.
Marcados, ¿novela o no-ficción? Esta pregunta asoma inmediatamente al leer el texto. Aunque al avanzar con la lectura, se comienza a sospechar acerca de las razones que indujeron al autor a catalogarla -inteligentemente-, como “novela”. Más tarde, todas estas sospechas fueron ratificadas y aclaradas en una charla con Daniel Pastore.
La “no-ficción”, también llamada “ficción periodística”, o “novela testimonial”, o “non ficcion”, su denominación en inglés, es un género narrativo que se origina en el periodismo, porque son ellos los que intentan que el lector común se acerque más, y de una manera diferente y original, a sucesos de gran impacto en el público.
Después de una profunda y exhaustiva investigación, los hechos son escritos con precisión y estilo periodísticos, pero usando los recursos de la novela, lo que convierte al texto en algo mucho más interesante y atrapante para el lector. Dos ejemplos clásicos: “Operación masacre”, de Rodolfo Walsh, y “A sangre fría”, de Truman Capote.
En cuanto al texto que nos compete, las referencias históricas o periodísticas, si prefiere, son exactas y precisas: golpe de estado, decretos, fechas, nombres, hechos muy conocidos de la época, secuestros, desaparición de personas, posturas a favor y en contra, cómo se procedía en los centros de detención, etc. Hoy, todo eso está investigado y demostrado en innumerables documentos, incluidos los hechos centrales de esta novela, sucedidos en San Francisco.
Una notable influencia de la no-ficción en Marcados, se da en los capítulos que narran los secuestros, cuya lectura remite inmediatamente a “Operación masacre” de Walsh. La influencia es nítida por varios motivos: los hechos (detenciones ilegales en domicilios, por las noches), la estructura y brevedad de cada capítulo, y un cierre que se repite como irónica letanía que induce a pensar en la solapada denuncia que sugiere.
Otros datos reales, cargados de una nostálgica emotividad, que el escritor supo colocar con certeza en los momentos oportunos, son los poemas que aparecen en el texto, y que fueron escritos por la protagonista de carne y hueso, es decir Nora Peretti.
Pero Pastore, en su proceso de investigación, se encuentra con grandes pozos de silencio que tiene que llenar con su imaginación, siempre ayudado por los conocimientos históricos generales de la época de la dictadura, y las herramientas del quehacer novelístico.
Así, van asomando los recursos de la ficción. Comienza por hacer pequeños cambios en los apellidos de los protagonistas: Gallardo por Galara; Liwacky por Litbarky y Páez por Paz. Se sabe que los llevaron a La Perla, en Córdoba, pero no se sabe a qué tipo de interrogatorios y torturas fueron sometidos, si bien se pueden recrear en base a lo que hoy se conoce. ¿Se encontraron con otras personas que también fueron secuestradas, como los chicos del colegio Manuel Belgrano? No, se desconoce, pero ahí están, dando un fuerte toque de veracidad al texto. Inventar personajes para desarrollar escenas y charlas jugosas e ilustrativas, imaginar caras, gestos, diálogos, y, sobre todo, algo muy de la ficción: incluir sentimientos -como el amor-, y emociones de los protagonistas, en una posición de escritor omnisciente, que todo lo sabe, algo rotundamente literario.
No hay dudas, es una novela, pero cargada de una interesante veracidad histórica, muy rica para la reflexión y el conocimiento de un pasado tan cercano, que aún vive en la experiencia directa de miles de personas. En honor a la verdad, pienso que el autor se quedó justo en el límite que divide a la novela de la no-ficción. Buen punto para una discusión literaria.
Creo que el objetivo del autor: un libro ameno para acercar la aridez histórica a la gente común, se logra con sobrada plenitud. En el caso de los colegios secundarios, su lectura no sólo aportará para Historia, también, hay mucho para discutir y aprender en Cívica y en Literatura. Una sola lectura abrirá un abanico de temas para varias materias. Sumamente efectivo y práctico, además de interesante.
Para el cierre de este comentario, dejo algo más que destacable: el localismo, tomado en sentido de regionalismo. Localismo de personajes, hechos y autor.
Los acontecimientos, en especial los que dan origen a toda la historia del libro, fueron protagonizados en San Francisco, por gente que vivía en esa ciudad. Son hechos históricos de nuestra patria chica, que se insertan en la Historia grande de nuestro país y del mundo.
El otro punto, es que el autor, Daniel Pastore, es también de la región. Nacido en Devoto, estudió, vive y trabaja en San Francisco. No es un profesional de otra parte que vino, investigó y armó el texto; no, todo es valerosamente local. Aquello de Tolstoi, “Pinta tu aldea, y pintarás el mundo”, es una edificante realidad en Marcados.
Estas razones atraen y ahondan el interés que despierta la lectura del texto.
Hechos consumados, verdaderos o verosímiles, le sirven al autor para presentar una postura de clara condena ante la ilegalidad y la injusticia de cualquier tipo, pero sin posiciones extremas, ciegas o fanáticas. Diría que los sucesos se presentan del derecho y del revés para ser discutidos, reflexionados, conocidos, para abrir el debate y apuntalar el crecimiento personal y social que nos compete. Lectura que se desarrolla con tranquilidad emocional, sin apasionamientos que obstaculicen pensar y discernir lo correcto de lo que no lo es.
Prof. Mirta M. T. Barale
E-mail: mmtba1@hotmail.com
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